La primera víctima del año -Blair-
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La primera víctima del año -Blair-
Rose estaba sentada en uno de los cómodos sillones que había a lo largo de la sala común de Hufflepuff, tarareaba alegremente la melodía de una sonata que había practicado con su padre durante el verano, mientras que con los dedos de la mano que tenía libre hacía la mímica de las teclas que correspondían a la música. Todo esto mientras se tomaba un receso en el diseño del nuevo sweter que iba a empezar a tejer en un rato, y es que durante el tiempo libre que le quedaba entre las clases y la tarea tenía que practicar las supuestas actividades que hacía en la escuela para señoritas a la que le había dicho a sus padres que iba. Afortunadamente Kyra (Su doncella) sabía hacer casi todas las cosas que había dicho que le enseñaban, y en el verano practicaban juntas algunas para que luego ella pueda hacerlo sola en el colegio… era una lástima que Kyra no fuese bruja, deseaba tanto que pudiese acompañarla también en Hogwarts y poder actuar como las verdaderas amigas que eran…
Volvió a concentrarse en el diseño que tenía a medio dibujar, era un sweter bastante largo con el cuello amplio y las mangas también (más similares a las de una túnica) pero todavía no conseguía resolver que haría con el reborde de abajo (si darle un efecto o dejarlo recto)… Finalmente optó por decidir junto a su modelo como terminarlo, ya que como era su costumbre el saco se lo iba a regalar a alguno de sus compañeros, y a pesar de ser bastante humilde reconocía que el sweter largo que le había hecho a Aspard el año anterior había quedado bastante bien.
Ya había comenzado a levantar la mirada y buscar en cual de sus compañeros quedaría bien el diseño, esperaba no tardar mucho en encontrar a su próxima víctima.
Volvió a concentrarse en el diseño que tenía a medio dibujar, era un sweter bastante largo con el cuello amplio y las mangas también (más similares a las de una túnica) pero todavía no conseguía resolver que haría con el reborde de abajo (si darle un efecto o dejarlo recto)… Finalmente optó por decidir junto a su modelo como terminarlo, ya que como era su costumbre el saco se lo iba a regalar a alguno de sus compañeros, y a pesar de ser bastante humilde reconocía que el sweter largo que le había hecho a Aspard el año anterior había quedado bastante bien.
Ya había comenzado a levantar la mirada y buscar en cual de sus compañeros quedaría bien el diseño, esperaba no tardar mucho en encontrar a su próxima víctima.
Rosebud J. Wenlock- badger
- Fecha de inscripción : 01/10/2012
Edad : 33
Re: La primera víctima del año -Blair-
No me costó nada volver a la vieja rutina de estudio al volver a Hogwarts. Durante el día dedicaba mi tiempo a mis lecciones, como todos los estudiantes, y el tiempo que restaba lo aprovechaba para ya sea comenzar, avanzar o simplemente terminar los deberes que nos asignaban en clases. Normalmente odio tener que pasar hasta altas horas de la noche haciendo tareas, y es por eso que algunos me suelen llamar obsesiva. Pero es cuestión de preferencia, y yo prefería tener las noches para conciliar el sueño sin tener nada de pendiente. Acabo de entrar a la Sala Común, con mi mochila llena de libros al hombro. Recién salí de la biblioteca luego de pasar la tarde escribiendo el ensayo que nos pidieron para la próxima semana en Encantamientos.
Todavía quedaba algo de tiempo antes de la cena, así que me detuve un rato en el medio de la sala a meditar lo que haría con el tiempo que tenía disponible. Podía ir a dejar mis cosas en la recamara e ir a dar una vuelta, simplemente para sentir un poco de brisa fresca y tal vez sentir los últimos rayos del sol del día. Pero si era completamente sincera, aunque la idea sonara fantástica, no me apetecía en lo más mínimo. Dejé escapar un suspiro… para luego mirar a mis pies. Sentía como algo suave se frotaba por mis piernas, a la altura de mis tobillos. Sonreí a medias al encontrar a mi gata, Circe, que para variar, al parecer estaba muy contenta de verme.
Me agaché para recogerla, pero al final de cuentas no tuve que terminar mi acción porque la gata gris dio un ligero salto a ver que abría mis brazos para recibirla. Circe ronroneaba satisfecha mientras yo le hacía cariñitos con mis dedos debajo de su suave y peluda barbilla. –Creo que ando con uno de tus juguetes en mi mochila.- Musité, había decidido pasar el rato libre que me quedaba jugando un rato con mi mascota. Sin pensarlo mucho, mis pies tomaron dirección al espacio donde se encontraba el confortable juego de sala que se encontraba cerca de la chimenea. Normalmente no me fijo mucho en mis alrededores, pero hoy dio la casualidad de que mientras avanzaba mi mirada tropezó con la de una compañera que pertenecía a mi grupo que me miraba fijamente, y yo no sabía por qué. -¿Sucede algo, Wenlock?- Le pregunté, midiendo el tono de mi voz. A nuestra Jefa de Casa no le agradaban los conflictos entre compañeros y era muy temprano en el año escolar como para entrar en la lista negra de los profesores por una boberia como tener mal genio.
Todavía quedaba algo de tiempo antes de la cena, así que me detuve un rato en el medio de la sala a meditar lo que haría con el tiempo que tenía disponible. Podía ir a dejar mis cosas en la recamara e ir a dar una vuelta, simplemente para sentir un poco de brisa fresca y tal vez sentir los últimos rayos del sol del día. Pero si era completamente sincera, aunque la idea sonara fantástica, no me apetecía en lo más mínimo. Dejé escapar un suspiro… para luego mirar a mis pies. Sentía como algo suave se frotaba por mis piernas, a la altura de mis tobillos. Sonreí a medias al encontrar a mi gata, Circe, que para variar, al parecer estaba muy contenta de verme.
Me agaché para recogerla, pero al final de cuentas no tuve que terminar mi acción porque la gata gris dio un ligero salto a ver que abría mis brazos para recibirla. Circe ronroneaba satisfecha mientras yo le hacía cariñitos con mis dedos debajo de su suave y peluda barbilla. –Creo que ando con uno de tus juguetes en mi mochila.- Musité, había decidido pasar el rato libre que me quedaba jugando un rato con mi mascota. Sin pensarlo mucho, mis pies tomaron dirección al espacio donde se encontraba el confortable juego de sala que se encontraba cerca de la chimenea. Normalmente no me fijo mucho en mis alrededores, pero hoy dio la casualidad de que mientras avanzaba mi mirada tropezó con la de una compañera que pertenecía a mi grupo que me miraba fijamente, y yo no sabía por qué. -¿Sucede algo, Wenlock?- Le pregunté, midiendo el tono de mi voz. A nuestra Jefa de Casa no le agradaban los conflictos entre compañeros y era muy temprano en el año escolar como para entrar en la lista negra de los profesores por una boberia como tener mal genio.
Blair Saintbury- badger
- Fecha de inscripción : 29/09/2012
Localización : Una sombra en la pared
Re: La primera víctima del año -Blair-
{Lo fecho de paso, en el primer viernes de Septiembre por la tarde, te parece bien}
Luego de repasar la lista de compañeros que tenía cerca suyo, se decidió a esperar por si alguien más venía… no era nada personal con ellos, pero las chicas que había en la sala eran todas de tercero para abajo, y solo un chico de séptimo que estaba sentado haciendo la tarea así que no quería interrumpirlo, aunque cuando ella lo miró el muchacho se sonrojó para luego volver a sus estudios. Volvió la vista hacia las niñas de tercero que parecían hacer levitar una muñeca de trapo, cosa que le resultó muy divertida a ella también (ya que ni en sueños podía hacer un hechizo como ese) así que se sintió algo tonta por contentarse con aquella tontería.
En ese momento pensó en como extrañaba a Kyra y a su hermana, en cómo se divertían juntas durante las vacaciones y en aquella conversación que había tenido con su doncella sobre chicos… no hablaba mucho sobre el tema con ella, pero ese verano la muchacha había estado particularmente conversadora sobre un tal Kellan, se trataba del hijo del carnicero al que le hacía las compras que tendría no más de diecisiete o dieciocho años, Rose se sorprendió cuando Kyra le dijo que dormían juntos desde hace rato, obviamente prometió guardare el secreto pero aun así le llamaba la atención, probablemente porque ella todavía no pensaba en esas cosas… o no quería pensar. Inmediatamente en su mente apareció la cabeza de Alphard…. Si, probablemente debería hablarlo con él, seguramente le pasaba lo mismo que a ella.
De repente miró su dibujo del nuevo swter y le pareció algo sumamente insignificante, al punto de estar por hacer un bollo el boceto y arrojarlo al fuego de la chimenea, pero entonces escuchó el maullido de un gato, por un instante pensó que se trataba de Apolo (lo cual le sorprendió, ya que por lo general los primeros días que llegaban a Hogwarts estaba disfrutando de los terrenos) pero luego comprendió que se trataba de su compañera ¡Al fin una chica de su edad! Verla la puso sumamente contenta tanto que se levantó del sillón y fue hasta ella para saludarla –Buenas tardes- le dijo sonriendo de oreja a oreja, mientras miraba al gato con intenciones de acariciarlo, pero no estaba segura de intentarlo, todavía –Tengo unas ranas de chocolate recién compradas ¿Quieres compartirlas conmigo?- Le preguntó a Blair, siempre tenía algo que ofrecerle a sus compañeros, a muchos no les gustaba la idea de tener un saco gratis son conocerla a ella primero e imaginó que Saintbury era uno de ellos.
Luego de repasar la lista de compañeros que tenía cerca suyo, se decidió a esperar por si alguien más venía… no era nada personal con ellos, pero las chicas que había en la sala eran todas de tercero para abajo, y solo un chico de séptimo que estaba sentado haciendo la tarea así que no quería interrumpirlo, aunque cuando ella lo miró el muchacho se sonrojó para luego volver a sus estudios. Volvió la vista hacia las niñas de tercero que parecían hacer levitar una muñeca de trapo, cosa que le resultó muy divertida a ella también (ya que ni en sueños podía hacer un hechizo como ese) así que se sintió algo tonta por contentarse con aquella tontería.
En ese momento pensó en como extrañaba a Kyra y a su hermana, en cómo se divertían juntas durante las vacaciones y en aquella conversación que había tenido con su doncella sobre chicos… no hablaba mucho sobre el tema con ella, pero ese verano la muchacha había estado particularmente conversadora sobre un tal Kellan, se trataba del hijo del carnicero al que le hacía las compras que tendría no más de diecisiete o dieciocho años, Rose se sorprendió cuando Kyra le dijo que dormían juntos desde hace rato, obviamente prometió guardare el secreto pero aun así le llamaba la atención, probablemente porque ella todavía no pensaba en esas cosas… o no quería pensar. Inmediatamente en su mente apareció la cabeza de Alphard…. Si, probablemente debería hablarlo con él, seguramente le pasaba lo mismo que a ella.
De repente miró su dibujo del nuevo swter y le pareció algo sumamente insignificante, al punto de estar por hacer un bollo el boceto y arrojarlo al fuego de la chimenea, pero entonces escuchó el maullido de un gato, por un instante pensó que se trataba de Apolo (lo cual le sorprendió, ya que por lo general los primeros días que llegaban a Hogwarts estaba disfrutando de los terrenos) pero luego comprendió que se trataba de su compañera ¡Al fin una chica de su edad! Verla la puso sumamente contenta tanto que se levantó del sillón y fue hasta ella para saludarla –Buenas tardes- le dijo sonriendo de oreja a oreja, mientras miraba al gato con intenciones de acariciarlo, pero no estaba segura de intentarlo, todavía –Tengo unas ranas de chocolate recién compradas ¿Quieres compartirlas conmigo?- Le preguntó a Blair, siempre tenía algo que ofrecerle a sus compañeros, a muchos no les gustaba la idea de tener un saco gratis son conocerla a ella primero e imaginó que Saintbury era uno de ellos.
Rosebud J. Wenlock- badger
- Fecha de inscripción : 01/10/2012
Edad : 33
Re: La primera víctima del año -Blair-
Debo decir que lo que menos espero como reacción cuando hablo con otra persona es que ésta dé un salto de su asiento, dejando lo que sea que estuviera haciendo (que al parecer era algo que tenía que ver con un pedazo de pergamino… ¿un ensayo?), y se le ilumine el rostro en una sonrisa como en aquel momento con Rosebud Wenlock. Admito que mi cuerpo se tensó en alerta mientras que Circe permanecía majestuosamente lánguida y tranquila entre mis brazos. El colmo de todo fue que mi compañera de casa se aproximó a mi tan rápido que realmente me puse a repasar rápidamente en mi cabeza lo que le había dicho. Estoy completamente segura que de mis labios no salió más que una pregunta directa que evitaba sonar brusca, pero que de todas maneras pudo haber sonado así. Cuando se detuvo frente a mi, no di un paso para atrás. No exactamente. Pero mi torso si se inclinó unos leves centímetros hacia atrás a la vez que la observaba con una mirada de ceño fruncido.
-Hola…- Fue mi escueta respuesta a su simpático y energético saludo. Los ojos de la chica se posaron por unos segundos en Circe, y por unos momentos podía jurar que casi estuvo por levantar una mano para acariciarla. De haberlo hecho, mi Circe simplemente se lo hubiera permitido, después de todo al parecer estaba sintiéndose como reina en estos momentos, pero a mi no me hubiera agradado. Era mi espacio que estaba invadiendo. Al final de cuentas que bueno que se contuvo. La verdadera inquietud era el por qué de su comportamiento. Sí, íbamos en el mismo año; tomamos varias clases juntas y, lo más obvio, al ser de la misma casa, nos veíamos en la sala común y en las habitaciones de chicas. Pero, igual, no somos particularmente cercanas y normalmente nadie reacciona de esa forma al verme. Me he asegurado de eso durante los años que tengo aquí.
Sin embargo, el motivo de su ánimo, aparentemente, no permaneció mucho tiempo como un misterio. De la nada me invitó a compartir las ranas de chocolates que tenía. Soy ambivalente con los dulces, y en aquel momento no sabía decir si tenía apetito para comer una o declinar la oferta. Aún así, mi lengua actuó más rápido que mi cerebro. –Todavía no hemos cenado.- Fue la estupidez que se me ocurrió comentar. Al momento de decirlo me sentí tentada de darme un manotazo en la frente, pero el tener a Circe en los brazos me lo impidió. Sacudí mi cabeza, intentando despejar mis pensamientos. –Digo…- Dije con algo de torpeza. –No me apetece algo dulce ahora…- Dejé escapar un suspiro de exasperación. –Pero tomaré uno para más tarde, supongo. Aunque no estamos en Pascua, Wenlock. ¿Para qué andar ofreciendo chocolates?- Si tomar uno de sus chocolates la dejaba contenta y la hacia dejar de mirarme como lo estaba haciendo, pues bien.
-Hola…- Fue mi escueta respuesta a su simpático y energético saludo. Los ojos de la chica se posaron por unos segundos en Circe, y por unos momentos podía jurar que casi estuvo por levantar una mano para acariciarla. De haberlo hecho, mi Circe simplemente se lo hubiera permitido, después de todo al parecer estaba sintiéndose como reina en estos momentos, pero a mi no me hubiera agradado. Era mi espacio que estaba invadiendo. Al final de cuentas que bueno que se contuvo. La verdadera inquietud era el por qué de su comportamiento. Sí, íbamos en el mismo año; tomamos varias clases juntas y, lo más obvio, al ser de la misma casa, nos veíamos en la sala común y en las habitaciones de chicas. Pero, igual, no somos particularmente cercanas y normalmente nadie reacciona de esa forma al verme. Me he asegurado de eso durante los años que tengo aquí.
Sin embargo, el motivo de su ánimo, aparentemente, no permaneció mucho tiempo como un misterio. De la nada me invitó a compartir las ranas de chocolates que tenía. Soy ambivalente con los dulces, y en aquel momento no sabía decir si tenía apetito para comer una o declinar la oferta. Aún así, mi lengua actuó más rápido que mi cerebro. –Todavía no hemos cenado.- Fue la estupidez que se me ocurrió comentar. Al momento de decirlo me sentí tentada de darme un manotazo en la frente, pero el tener a Circe en los brazos me lo impidió. Sacudí mi cabeza, intentando despejar mis pensamientos. –Digo…- Dije con algo de torpeza. –No me apetece algo dulce ahora…- Dejé escapar un suspiro de exasperación. –Pero tomaré uno para más tarde, supongo. Aunque no estamos en Pascua, Wenlock. ¿Para qué andar ofreciendo chocolates?- Si tomar uno de sus chocolates la dejaba contenta y la hacia dejar de mirarme como lo estaba haciendo, pues bien.
Blair Saintbury- badger
- Fecha de inscripción : 29/09/2012
Localización : Una sombra en la pared
Re: La primera víctima del año -Blair-
Rose no era una chica que se en particular se inhiba ante reacciones un tanto hostiles como la que estaba teniendo Blair en ese momento, no era la primera vez que le pasaba algo así y ciertamente en el mundo muggle eran bastante más reaccionarias o crueles las chicas cuando querían que te alejes de su espacio, como por ejemplo un verano ella intentó hacerse amiga de la hija del panadero, y como a la pequeña no le hacía gracia que su padre trabaje para el de Rose le arrojó una bolsa de harina que tenía cerca, por suerte la rubia nunca la acusó y la madre de Kyra (que en ese momento la atendía) logró bañarla y dejarla lista para la cena sin que sus padres lo noten.
A penas notó que su comapñera se inclinó y lo que menos pensó fue que lo hacía por ella ¿Un mosquito, o un bicho que pasó demasiado rápido quizás? Haya sido lo que haya sido no lo tomó como algo personal, sino que consideraba a Blair (por lo poco que la conocía) como alguien más bien solitario que tenía ese tipo de ración con todo el mundo y probablemente por eso no llegó a entenderlo como que la estuviese esquivando… Si se puso contenta al ver que la chica miró con cierta curiosidad el pergamino con su boceto cosa que tomó como un interés o algo positivo ¿A que no es oportuna? Ya se estaba imaginando como le quedaría el nuevo sweter a Blair, hasta los colores le combinaban con el cabello y su color de piel (pensó contenta)
Lejos de mostrarse más desalentada o desanimada, la joven siguió interesada en la gata aunque con cierta distancia, porque si entendió que era uno de esos momentos mascota- dueño en donde no debía entrometerse, nuevamente extrañó a su gato pero tuvo la loca idea de que tenía un lazo mágico con él y quizás al darse cuenta que ella lo extrañaba Apolo aparecería en un rato por la sala común, y es pensamiento volvió a animarla un poco.
Asintió ante la respuesta de Blair, después de todo era lógico (en casa la hubiesen regañado por hacer algo así, incluso y de haberse tratado de su hermana mayor, ya estaría recibiendo un castigo por parte de sus padres, ya que agregaría alguna otra cosa más al acusarla) –Tienes razón, que tonta, no me había dado cuenta de la hora- dijo sintiéndose algo apenada, igual al ver que su compañera seguía interesada en los chocolates entendió que le gustaban –Sucede que compré muchas cuando fui a Diagon por última vez, y si me las quedo las comeré todas yo sola y terminaré bajando rodado por las escaleras- comentó divertida, señalando las escaleras caracol de la sala.
A penas notó que su comapñera se inclinó y lo que menos pensó fue que lo hacía por ella ¿Un mosquito, o un bicho que pasó demasiado rápido quizás? Haya sido lo que haya sido no lo tomó como algo personal, sino que consideraba a Blair (por lo poco que la conocía) como alguien más bien solitario que tenía ese tipo de ración con todo el mundo y probablemente por eso no llegó a entenderlo como que la estuviese esquivando… Si se puso contenta al ver que la chica miró con cierta curiosidad el pergamino con su boceto cosa que tomó como un interés o algo positivo ¿A que no es oportuna? Ya se estaba imaginando como le quedaría el nuevo sweter a Blair, hasta los colores le combinaban con el cabello y su color de piel (pensó contenta)
Lejos de mostrarse más desalentada o desanimada, la joven siguió interesada en la gata aunque con cierta distancia, porque si entendió que era uno de esos momentos mascota- dueño en donde no debía entrometerse, nuevamente extrañó a su gato pero tuvo la loca idea de que tenía un lazo mágico con él y quizás al darse cuenta que ella lo extrañaba Apolo aparecería en un rato por la sala común, y es pensamiento volvió a animarla un poco.
Asintió ante la respuesta de Blair, después de todo era lógico (en casa la hubiesen regañado por hacer algo así, incluso y de haberse tratado de su hermana mayor, ya estaría recibiendo un castigo por parte de sus padres, ya que agregaría alguna otra cosa más al acusarla) –Tienes razón, que tonta, no me había dado cuenta de la hora- dijo sintiéndose algo apenada, igual al ver que su compañera seguía interesada en los chocolates entendió que le gustaban –Sucede que compré muchas cuando fui a Diagon por última vez, y si me las quedo las comeré todas yo sola y terminaré bajando rodado por las escaleras- comentó divertida, señalando las escaleras caracol de la sala.
Rosebud J. Wenlock- badger
- Fecha de inscripción : 01/10/2012
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